29 de marzo de 2012

De Ronda a la estación de Benaojan


   Entre   encinas, quejigos y algunos alcornoques discurre esta etapa, que no la primera, pero si la que abre esta parte de “viajes y andanzas”. 


    Nos desplazamos nuevamente a tierras malagueñas, a la serranía de Ronda, para mochila a cuestas partir de la localidad  que da nombre a la sierra. 

    Comenzamos en la Plaza del Campillo y continuamos por el camino empedrado de los Molinos, rodeados de almendros que ahora en flor colorean nuestros pasos durante este primer descenso. A los pocos minutos atravesamos la rehabilitada Puerta del Viento, arco escarzado de ladrillos que comunicaba el Valle de los Potros con el barrio principal y una de las puertas de acceso  al recinto amurallado de la albacara. Vigilando, la “picha” del rey moro, monolito con fósiles marinos.  

  Continuamos por el carril dejando a la izquierda el barrio de San Francisco, y a unos 700 m del camino, en el cruce, proseguimos  hacia los Molinos, abandonando el sendero del puerto de la Muela (PR-A 253). Arriba, a la izquierda, excavada en la roca, la Ermita rupestre mozárabe de la Virgen de la Cabeza ( S. IX-X d.c.). 

   Al instante, abandonamos el carril y nos adentramos por una vereda de ensueño en un frondoso bosque de encinas, donde una alfombra de  hojas secas cubre el camino, musgo en los troncos que indican el norte. Entre los árboles, se vislumbra la cada vez más alejada civilización,….. lástima tener que despertar para abrir y cerrar las numerosas alambradas para el ganado.

   Trás cinco minutos de paseo idílico llegamos al lugar conocido como opo del burro (también oreja del burro…), un hermoso pasillo, resto impugne de la erosión,  que discurre por piedras calizas desde las cuales se divisan a ambos lados y hacia abajo, los cauces del rio Guadalevín a derecha, y del arroyo de Sijuela a siniestra.   Después de la oportuna fotografía, puesta en marcha hacia el paraje de Lourdes, antes, buscar un lugar para atravesar el arroyo y prepararse para comenzar la primera subida de importancia. Retomamos el carril que viene cruzando el rio, a la orilla, Lourdes, un panteón de tipo mausoleo renacentista perteneciente a los Marqueses de Moctezuma. Dentro en una cuevecilla, una imagen de la Virgen a la que en antaño se le dedicaba una romería en su honor.  A esta zona también se le conoce como "El Duende". 

   Proseguimos la ascensión, se unen al viaje algunos alcornoques despojados de su corcho, y entramos en terreno de caza de una pareja de rapaces que nos observa desde el cielo. Desde cada curva del camino, entre árbol y árbol, Ronda se va haciendo cada vez más pequeña.

   En la parte más alta de la ascensión, otra puerta, pero antes de entrar, tiempo para el descanso y la fotografía. Nos espera una pronunciada bajada y la más dura subida del recorrido. Zona de pastos, vacas, retamas, mucho barro a pesar de la escasa lluvia, y una pareja de alemanas a las que volvimos a ver en numerosas ocasiones durante el paseo. 

    Culminada la cima, y vueltos a reagrupar, seguimos por el mismo carril atravesando un rebaño de ovejas y a un par de pastores que llevan direcciones opuestas a nosotros, en frente se divisa ya la sierra empedrada, algunas de las casas encaladas de Montejaque, y los ojos del gato que da nombre a la cueva. Más adelante, Benaoján y su estación.

    Abandonamos el carril para buscar la vereda, trayecto más bonito, y un lugar para comer. Estrenamos la bota con “ligaillo” y después del mejor de los momentos continuamos. Nos topamos con una fuente y las alemanas, y a unos escasos doscientos metros la estación de Benaojan con sus bares. Que ya que hay que esperar al tren, ¡que mejor lugar!.

26/02/2010



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