16 de abril de 2012

PUENTE DE LAS HERRERÍAS-POYOS DE MESA-PUENTE DE LAS HERRERÍAS.


    11 de marzo de 2012.


foto de: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:JDCANO_PUENTE_HERRERIAS

   Cuenta la leyenda que este puente se hizo en una sola noche para que la reina Isabel la católica, cruzara el gran rio, destino a Baza desde Quesada,  para  culminar  su conquista.

Acabada la obra, el séquito de caballeros mandó herrar los caballos al contrario para confundir al grupo de moros que  perseguían a su Majestad….
    
Seis siglos más tarde partimos  desde este puente de las herrerías para realizar una de las numerosas rutas que nacen desde  allí, en esta ocasión, la subida a los tan filmados poyos de mesa.
    
Comenzamos el camino por el carril que se sitúa a la izquierda del puente, entre pinos y  con la compañía del  arroyo de los habares, generalmente a la derecha, al que cruzamos en un par de ocasiones y que en algunos tramos presanta una tonalidad escalofriante.

arroyo de los Habares
Una ascensión continua y cada vez más acentuada hasta nuestro destino. A pocos  kilómetros  proseguimos por el carril de la izquierda (a la  derecha hacia pinos de las cruces), todo  el camino está bien indicado y no tendremos problemas en este aspecto. Unos minutos más adelante abandonamos el carril, a la altura del cortijo en ruinas, donde paramos para tomar  un tentempié y reponer fuerzas, y cogemos una vereda a la izquierda (en el retorno volveremos por la derecha, por el carril que abandonamos) donde el desnivel se acentúa.

intersección
Justo encima, si levantamos la mirada,  los paredones de los poyos donde daremos por finalizada la dura   ascensión y caminaremos un buen rato por la meseta.



Un nacimiento que exprime las pocas gotas de agua de la tierra escasa de lluvias, alivio de las nieves que aún, en pequeños parches, permanecen a la sombra de los pinos en la meseta. Antes de la altiplanicie, retomamos el carril que anteriormente abandonamos y por el que después descenderemos caminando entre las Pegueras y peña Alcón. El camino está plagado de la planta de ballesteros (helleborus foetidus), planta venenosa, incluso mortal, con la cual se envenenaban las puntas de las flechas de las ballestas, ahora como vermífugo en veterinaria. 



helleborus foetidus


pino laricio

cabecera del guadalquivir
En la subida, cada vez se divisan mejor las cimas de la serranía, momentos fotográficos con el Gilillo de fondo. Ya en la meseta, si vadeamos los restos de nieve camino del borde oeste, tendremos unas vistas magníficas de esta zona donde nace el Guadalquivir.
Atravesamos los extensos poyos para asomarnos al noreste, abajo el lugar desde el que partimos, a lo lejos Vadillo. Momentos para recordad la escena que filmó Félix Rodríguez de la fuente en “el hombre y la tierra”.  Retomamos el camino para dirigirnos a la zona más alta, la caseta de los vigilantes.



poyos y valle del guadalquivir

Para llegar allí, volvemos a cruzar  la gran altiplanicie y  a nuestro paso nos huye un grupo de muflones.  En la cima, almorzaremos vigilados por unos veinte buitres ¿tan exhaustos llegamos?. Apenas sin tiempo y con el último trozo de comida atravesando la garganta, nos mandan levantar para reanudar el camino, un poco de vino y marchando.  Ascenso y descenso rápido con este grupo, como este relato. Retomamos el carril, el cual no abandonaremos en todo el descenso, siguiendo las indicaciones hasta llegar al lugar de inicio, el puente de las Herrerías sobre el rio Guadalquivir. 

Cansados al autobús destino  a casa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario