24/03/2012
Nuevamente a hora tempranera y
todavía con los ojos despertándose, partimos hacia Martos, para reunirnos con
el grupo y dirigirnos a Fuensanta que aunque desde el año 1935 es
independiente, todavía en nombre pertenece a Martos. Un paseo por las calles de
casas encaladas, bajo la atenta mirada de sus vecinos que curiosos preguntan
por nuestro destino. Nosotros en esta ocasión no sabemos aún, simplemente nos
fiamos como tantas otras veces del buen criterio de Ciriaco Castro, organizador
y alma del grupo y al que debemos tantos momentos fascinantes recorriendo los
cerros y valles de nuestra amada tierra. Gracias!.
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tierras de olivos |
Al paso nos encontramos con
muchas carnicerías, testimonio de la tradición porcina de la villa, algunas de
las cuales serán visitadas en la segunda parte de la travesía: la ruta
gastronómica. Caminamos a la sombra de una peña, bajo la cual tiene todos los
años una conocida representación de la muerte y resurrección de Cristo. Famosa
la semana santa de Fuensanta de Martos por este hecho. Al pie, una de las numerosas fuentes de la
localidad y la "cueva" donde
se haya la Virgen Negra.
"Fuensanta
se confunde con su Fuente de la Negra. Ubicada en un lugar central esta fuente
nos permite conocer el pulso cotidiano de la vida del pueblo. Símbolo de un
proyecto común, votado popularmente, para decidir el diseño de la obra. Fuente
de abundante manantial. Acompañada de gruta y de la imagen de la Virgen de la
Negra.
Con esto Fuensanta nos adentra en el
significado y tradición de las vírgenes negras. Vírgenes que proceden de deidades
pre-cristianas. Son deidades de la fertilidad. Son diosas – tierra, diosas –
madre. Estas vírgenes, a parte de su color, están asociadas a significados de
muerte, a las catacumbas. En muchas ocasiones estas vírgenes están ubicadas en
criptas o en grutas. Pensamos que este es el caso de Fuensanta."
Ciriaco Castro.
Llegamos al final del pueblo, al
principio del sendero, en mitad del arroyo de la Umbría, a los pies del despeñadero
y a lo alto de Fuensanta. Despeñadero
tristemente conocido por un difícil paso hacia el vacío que algunas
mentes tristes o confusas quisieron dar.
Arroyo de la Umbría y Despeñadero |
" Camino de piedras camino de cabras camino me quieres camino me amas" |
Fuensanta y el "despeñaero" |
Atravesamos el arroyo y tomamos la vereda estrecha y pedregosa por una ladera
caliza muy pronunciada. En pocos metros acumulamos gran altura y el reguero
ahora es un fino hilo con numerosos saltos que percibimos más que con la vista,
con el oído . Cerca del él, podemos
observar los restos de un pequeño bunquer utilizado durante la guerra civil.
Bunker |
El cielo amenaza lluvia, algunas
gotas nos mojan, pero afortunadamente no empeora la climatología y las nubes
suavizan la temperatura. Un día estupendo para caminar.
Volvemos a cruzar el arroyuelo
para subir, atravesando un pequeño olivar, al carril que viene desde el pueblo
y al que ahora no abandonaremos y que nos adentrará en un mundo de coloridos
primaverales, un valle inesperado entre las montañas que nos inunda de sensaciones, colores, aromas, sonidos.... Pero
antes de tomar la pista y alimentar nuestra alma, a nutrir nuestro cuerpo junto
al cortijo de las monjas.
cortijo de las Monjas Viejas |
Jaenpedia:
(http://jaenpedia.wikanda.es/wiki/Las_Monjas_%28Fuensanta_de_Martos%29 )
Cerca de Fuensanta
hay una ruina llamada las Monjas Viejas. Siendo origen de su antigüedad una
villa romana por los restos arqueológicos encontrados en dicho lugar.
Ya que hay
conocimiento que tenían por costumbre los enterramientos cerca de la Vía
Romana, como lo demuestra la tumba encontrada cerca del lugar y que se haya
catalogada en el Museo Provincial de Jaén. Estos restos fueron encontrados en
el año 1931. Es un cipo funerario que lleva una inscripción en latín cuya
traducción es la siguiente:
"Lucio
Julio Latro Arabiano, liberto de Lucio y su esposa Clodia Elafe, liberta de
Lucio, aquí reposan, en el frente doce pies, en el terreno diez pies". La
piedra mide aproximadamente unos 69 centímetros de ancho por 63 centímetros de
alto y 22 centímetros de grosor. Esta realizada en piedra de color
pardo-grisáceo, ya que por los caracteres latinos seguramente fue realizado con
esmero, lo que nos lleva a deducir que debió de tratarse de personas
adineradas. La realización de la inscripción señala al origen árabe de Liulius
y su condición de esclavo liberado, al
igual que su esposa, es decir, de libertos. Cronología: Siglo I D.C. (entre año
14 y el 68). La villa fue utilizada tiempo después como convento, de hay viene
el nombre de "Monjas". Quedan los restos de un establo donde
guardaban las cosas, un trozo de la pila para el agua que venia desde el
nacimiento hasta llegar a dicha pila, también se observan en el terreno restos
de un molino de trigo. Queda también algo que parece ser el patio donde la
gente del convento salían a jugar o a pasear.
En la zona también se han hallado diversas monedas del Siglo XVI y XVII.
"
Saciado cuerpo y espíritu
retomamos la marcha por el riel. Cuando parece que las colinas van a cerrar
nuestro paso, aparecemos en un paisaje que se abre dentro de un valle repleto
de huertas, almendros, cerezos, nogales... un sin fin de frutales, algunos en
flor y otros aún deshojados, pájaros, sus cantos, nuestro murmullo, acequias,
el arroyo, campesinos con la quema...risas, alegría, felicidad. El placer de
andar y gozar, conocer y disfrutar.
Nos falta poco para asomarnos a
la carretera que conduce desde Fuensanta de Martos hacia los Villares, antes debemos bordear el
cerro de la Yedra. A la derecha se nos queda la finca de la Beata, detrás de la
sierra, se esconde su cortijada, los ciervos y los marranos jabalís. Encontramos
numerosos huecos por debajo de las vallas por donde estos últimos tienen su paso.
Un kilómetro por el asfalto y
tomamos la pista que nace a la derecha para
subir al punto geodésico. Unos tres kilómetros de ascensión nos restan, acentuados en el tramo final, pero que
merecen la pena afrontar para poder disfrutar de las vistas que la altitud nos
ofrece.
a la izquierda la Pandera, al centro los Villares |
Desde aquí podemos divisar la
población de los Villares con sus imponentes sierras. En el hito de la cima,
podemos tener un pie en Martos y otro en Fuensanta, o en los Villares, estamos en el cerro del Viento. Para llegar aquí antes pasamos por un
lugar donde se realizaron en antaño unas prospecciones en busca del oro negro,
observamos que resultaron infructuosas.
Tras el merecido descanso
volvemos por el mismo camino hasta la carretera, y desde allí al pueblo para
ahora sí, recorrer las carnicerías mencionadas al principio de este texto.
Chorizos, morcillas y salchichón caen esta vez
en la buchaca para llegados al bar y reponer los líquidos perdidos con una buena y
fresquita cerveza, amortiguar la caída de
esta al estomago. Y con esto terminamos
esta doble ruta, la del sendero y la gastronómica por estas tierras vecinas de
Jaén.
Ni que decir que aquí tuve que hacer la vista gorda e intentar superar una de mis fobias...ojú que mal ratito pasé por el despeñadero. Pero.... PRUEBA SUPERADA!!! jejejejeje.
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